¿Cómo deben ser los zapatos de niño?
¿Por qué nos empeñamos en calzar a los niños con botas de esquí? (Philippe Souchard, creador del método Reeducación Postural Global, RPG)
¿Cómo son los pies de los niños?
Los pies de nuestros bebés, durante los primeros meses de vida, tienen la función de informar del mundo exterior al bebé. El bebé recibe información de todo lo que toca con ellos (textura, dureza, temperatura, …) Esta sensibilidad se conoce como exteroceptiva y hasta los 8-9 meses de vida es mayor y más precisa que la de la mano.
Cuando el bebe llega a su fase madurativa y se pone de pie (alrededor de los 12 meses) A partir de entonces, van perdiendo, progresivamente, esta sensibilidad y ganan otra, la conocida como propioceptiva, que es la que informará a nuestro cerebro de nuestra posición y de los cambios de postura.
Los pies de los niños están en continuo crecimiento y desarrollo. Hasta los tres o cuatro años, visiblemente sus pies son planos por el cúmulo de grasa en la zona plantar. Aunque deberemos consultar con un especialista cuando veamos alguna anomalía, como pisadas incorrectas, desgaste inusual en alguna parte concreta del zapato, dolor en sus pies y piernas o caídas a causa de su manera de pisar o de meter las rodillas.
Algunos expertos recomiendan que el bebé que no anda no lleve zapatos. Si bien es cierto que lo mejor es dejar los pies «a su aire», Por eso, veremos qué calzado se puede utilizar para no afectar el desarrollo natural de los pies del bebé que están en continuo crecimiento en época de frío.
Lo mejor para el Bebé que gatea es estar descalzo, o con unos calcetines o patucos si hace frío (calcetines gordos si hace mucho frío). Esto para estar dentro de casa. Cuando sale de casa, podéis ponerle un calzado blandito y ligero, que le abrigue (a los padres les resultan muy monos los zapatos del bebé), pero que sienta como si no los llevara.
En las primeras etapas, el pie necesita estar descalzo para “conocer” el suelo, el contacto de la piel con la superficie por donde camina es esencial para su aprendizaje. Andar descalzo le ayuda a estimular la capacidad de agarre de los dedos y al desarrollo correcto de los huesos y ligamentos del pie. Del mismo modo es recomendable que camine por superficies irregulares como la arena, la hierba, cojines… Obviamente si estamos en el exterior debemos proteger el pie del niño de la suciedad y posibles objetos que puedan dañarle. Al llegar a casa descálzale.
“Calzar a un bebé, aunque resulte bonito es completamente perjudicial, ya que su estructura ósea tarda en consolidarse completamente. Así que si los cubrimos, cuando aún no se han desarrollado, estamos perjudicando su óptima evolución” (Javier Ferrer, podólogo)
Es importante todo ello para que el reflejo de Babinski se inhiba cuando el bebé se arrastra (a los siete meses más o menos). En la acción de reptar, el niño empuja el suelo con su dedo gordo del pie para darse impulso y avanzar hacia delante. Los niños que no han reptado pueden tener este reflejo activo y esto provocaría que se sintieran más cómodos caminando de puntillas puesto que al estimular el suelo la planta del pie, sus dedos se disparan en direcciones opuestas. Andan de puntillas para evitar que se active este reflejo, o precisamente porque el reflejo está activo.
Para inhibir esta acción refleja, el mejor ejercicio es el arrastre, que debe ser contralateral, con los pies descalzos o calcentines, para así poder gatear ( véase artículo de la importancia del gateo).
El bebé que se pone de pie, se agarra a muebles y sillas para ponerse de pie e intenta ir de un sitio, aunque por ahora sin lanzarse. Debe utilizar calcetines antideslizantes para casa y en caso de parque fuera de casa zapatos blanditos realizados con material transpirable, con suela también blandita pero antideslizante.
Cuando ya se pone de pie solito y anda debe llevar calzado con las siguientes características:
Es indispensable permitir el movimiento de la articulación del pie.
- Escógelos de piel y tela para favorecer la transpiración del pie del niño.
- Suela sea ligera, flexible y antideslizante. Es decir, la parte delantera de la suela debe doblarse fácilmente hacia arriba con la mano.
- Tiene que ser ancho y de forma redonda o cuadrada. Debe de ser la parte más ancha del zapato, lo bastante ancho y largo (forma cuadrangular) para así permitir el movimiento de los dedos sin que éstos lleguen a tocar el final del zapato por dentro. No compres para un niño zapatos acabados en punta que puedan oprimir el empeine. Dibujar y recortar en caso de duda el contorno del pie del niño en un cartón o papel y comprar luego un zapato en el que quepa bien esa silueta.
- Han de tener una sujeción firme en el empeine con cordones, hebillas o velcro. A partir de 2-3 años, los cierres de velero pueden ser preferibles para habilitar al niño. A partir de 5 años de edad, es preferible los cordones para aprender a desarrollar la motricidad fina
- Talón cogido por debajo del tobillo.
- Posibilidad de torsión entre la parte delantera y trasera.
- Intenta que el calzado sea poco escotado para que cuando el pequeño esté jugando no se le salga con facilidad.
- Para saber si el zapato se adapta bien a los pies de su hijo, no dude en comparar su comportamiento con los pies descalzos y mientras esté usando sus zapatos. Para ello, animarle a caminar, correr y saltar (primero sin sus zapatos y luego con los zapatos). Nada debe cambiar en la postura y la marcha de su hijo.
Errores frecuentes al elegir el calzado infantil
- Elegirlos demasiado grandes. A veces compramos zapatos de un número mayor del que necesita el niño para que le duren más tiempo. Al pequeño le resulta muy difícil caminar con un zapato que le baila en el pie o que se le sale constantemente: le obliga a adoptar posturas que a la larga son perjudiciales y puede provocarle caídas.
- Ponerle botas para que le sujeten el tobillo. Si el calzado no permite la libre movilidad del tobillo, está perjudicando su desarrollo. Las botitas deben ser lo suficientemente blandas para permitir el movimiento.
- Intentar darle una estabilidad artificial –por medio de un zapato duro y con el contrafuerte excesivamente alto– para que pueda andar más tiempo
- Deportivas: la mayoría están fabricadas de plástico, lo que favorece la sudoración excesiva, que puede provocar irritaciones en los pies e incluso hongos. Es mejor elegirlas de piel o de lona, que son más transpirables.
- Heredar. Es muy frecuente que los pequeños hereden zapatos. Sin embargo, es una práctica poco recomendable, ya que los pies son siempre anatómicamente diferentes y cada niño tiene una forma distinta y particular de caminar. Unos zapatos usados siempre llevan la huella de su anterior dueño, pueden estar deformados o viciados.
Para elegir los zapatos para un niño que empieza a caminar hay 4 aspectos fundamentales:
- Material: Los más usados en la fabricación de calzado son tela, cuero y plástico. El mejor para empezar a andar es la tela. Transpira mejor que cuero o plástico (el peor). Además la tela es más flexible.
- Suela: Es la parte imprescindible de todo zapato. Hay botas, zapatos, sandalias o chanclas. Varían todas en lo que usamos para sujetar la suela al pie. Pero todas tienen suela. La suela debe ser por tanto protectora, sin limitar el movimiento natural del pié. Es decir, la suela de un zapato para niño debe ser flexible.
- Altura: Es muy frecuente que se recomiende que los niños pequeños usen botas que protejan el tobillo, para que no se tuerza y evitar el pie plano. La realidad es que el arco del pie no se forma hasta los 3 años aproximadamente. Hasta esa edad todos los niños tienen el pie plano. Y eso no cambia por usar un calzado u otro.. Limitar la movilidad de una articulación no tiene sentido. Por el mismo razonamiento que se pretende usar botas, podría defenderse que esas botas llegasen hasta la cadera para proteger la rodilla, evitando su movimiento. Pero es que las articulaciones están para moverse y son esos movimientos libres los que regulan y modelan a los ligamentos que protegen la articulación. El calzado debe limitar lo menos posible la movilidad normal del pie. Por tanto zapato o zapatilla que deje libre el tobillo.
- Horma: Uno de los fallos más evidentes de calidad en el diseño de calzado infantil. Hay calzado infantil con arco en la plantilla. Como he dicho, los niños no tiene arco hasta aproximadamente los 3 años. Pero hay diseñadores que simplemente reducen el tamaño de un diseño para calzado de adultos. Pasa lo mismo con los jerséis que algunos fabrican para niños usando el mismo patrón que uno de adulto, pero en pequeñito. El diseñador no ha caído en que el cuello está pensado para que pase por el la cabeza de un adulto, pero la de un niño es mucho más grande en relación al tamaño del cuerpo. Todos tenéis alguno de esos jerséis monísimos que no hay quien ponga al niño porque la cabeza no entra ni con calzador, y en niño con toda la razón se niega a que le pongáis.
En resumen, el zapato ideal para empezar a caminar es:
Zapatilla de tela,
suela flexible,ancho
que deje libre el tobillo
y no marque en la plantilla el arco.
En los meses de más calor la indumentaria de los más pequeños se completa con zapatos de verano de todos tipos y formas. Según la ocasión y la edad de tus hijos, puedes elegir entre distintas opciones. Hay ciertas características que son recomendables para todo tipo de zapatos.
¿Cómo deben ser los zapatos de verano de los niños?
- Sujetos al pie: los zapatos de verano, como las sandalias, deben quedar sujetas al pie, por ejemplo mediante una hebilla, un velcro o cordones. No se recomiendan aquellos zapatos que no vayan bien sujetos al pie, como las bailarinas, merceditas, chanclas porque no dan sujeción ni controlan el movimiento en las actividades que hacen los niños, como correr, saltar y jugar.
- Cómodos: para ello, deben ser de su talla concreta, el pie no debe estar demasiado friccionado pero tampoco bailar. Además, tampoco es recomendable que los hereden de sus hermanos, ya que cada pie es distinto y el zapato coge la forma de cada uno.
- Transpirables: los forros y la planta han de ser de piel transpirable o 100% algodón, para evitar sudoraciones.
- Con suelas antideslizantes que eviten resbalones.
En la Clínica Silvia Molins, como fisioterapeutas siempre decimos que no deben forzar a sus hijos a que se sienten o a que caminen, sino que deben facilitar el que sus bebés vayan explorando y alcanzando etapas, que a través de su LIBRE DESARROLLO serán capaces de cumplir y alcanzar otras. Desde esta misma perspectiva debemos ver los pies y su desarrollo, sin forzarles a llevar zapatos cuando todavía no los necesitan.
El poner zapatos de forma precoz a nuestros hijos les resta sensibilidad y movilidad a la hora de voltearse, reptar, gatear o sentarse por sí mismos. Y estas etapas son fundamentales para comenzar a andar posteriormente. En cierto modo, colocar calzado a los bebés en estas etapas es como poner a nuestros hijos a jugar o a manipular objetos con guantes en las manos: en ambos casos les restamos sensibilidad y capacidad de aprendizaje.
El movimiento físico y el estimulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño.
Por último, también se recomienda para adaptarse a las peculiaridades de su hijo:
- Para un niño que tiende a caminar de puntillas, no elige los zapatos con tacones altos (zapatos acolchados hacia atrás), ya que esto puede animarles a seguir para caminar de esta manera puede causar una pérdida de flexibilidad del tendón de Aquiles.
- Para un niño que carece de resistencia, lo mejor es no utilizar el zapato demasiado plano y demasiado rígido. Debe ser flexible para promover la propulsión aerodinámica. Las suelas acolchadas también podrían ayudar.
- Para los niños que tienden a sentarse constantemente con las piernas en W, es muy importante evitar las botas rígidas que mantendrán el niño en esa posición, de lo contrario, tendrá más dificultades para identificar y corregir su posición. En su lugar, optar por zapatos muy flexibles que harán que el cambio de posición le ayude a dejar el hábito.
Recuerda también que el hecho de que lleven un calzado cómodo y adecuado evitará malas posturas de piernas, pies y espalda.