La danza del vientre es una de las formas de danza más antigua. Además de su realización en las ceremonias religiosas, también formaba parte de los ejercicios de preparación al parto, por lo que la convierte en una de las formas más antiguas de instrucción para que dar a luz fuera menos doloroso y más satisfactorio. Incluso se dice que en el momento del parto, algunas mujeres de la tribu rodeaban a la parturienta mientras realizaban la danza del vientre, para que ésta hiciera los mismos movimientos como acto reflejo, reduciendo así el dolor de las contracciones.
La profesora de danza del vientre del Colegio de Enfermería de Alicante, Marisol Díez, afirma que también favorece una buena alineación del cuerpo, mantiene el tono del suelo pélvico que sujeta al feto durante el embarazo y alivia posibles molestias en la zona lumbar, tanto durante la gestación como en el momento del parto. Otros beneficios de esta técnica es que los movimientos, facilitan el descenso del bebé por el canal del parto, ayuda a relajar la pelvis, concentrar la atención en la zona pélvica y oxigenar al bebé dentro del vientre materno.
Es lógico pensar que si tantos beneficios aporta a las mujeres embarazadas también lo hace con aquellas personas que sufren o han sufrido problemas lumbares ya que ayuda a mejorar la flexibilidad y la fuerza no solo de la musculatura del torso, si no también de piernas y brazos, mejorando la postura de quien lo practica regularmente.
No solo son problemas musculo-esqueléticos a lo que nos ayuda la práctica de este ejercicio, también el movimiento de las vísceras abdominales y de la musculatura abdominal favorece el retorno venoso. Es decir, mejora la circulación del cuerpo por lo que es un buen ejercicio cardiovascular, ayuda a disminuir la retención de líquidos y el estreñimiento.
Además es beneficiosa para la mente, ya que fomenta la autoestima, mejora el grado de bienestar, favorece el buen humor y elimina la ansiedad.
Es un ejercicio que no tiene límite de edad ni contextura física. No es necesaria una buena preparación física para empezar a practicarlo, ¡solo tener ganas de mejorar nuestra calidad de vida!