“Se estima una alta relación entre la presencia de diástasis y las disfunciones de suelo pélvico como incontinencia urinaria de esfuerzo, incontinencia fecal y prolapso de órganos pélvico”
ANATOMÍA
Lo primero que tenemos que saber es como está formado el abdomen. A continuación te mostramos una imagen de la configuración de los músculos del abdomen:
El músculo más profundo del abdomen es el músculo transverso del abdomen. Tiene dirección perpendicular al cuerpo, rodea todo el tronco, por lo que funciona como una faja natural que da estabilidad a nuestra columna y nuestro cuerpo.
El más superficial, por encima de los oblicuos y del transverso, está el músculo recto del abdomen. Sus fibras llevan la misma dirección que nuestro tronco, por eso al activarse flexiona el cuerpo, es el encargado, de hacer los abdominales clásicos de elevar la cabeza. Están unidos entre sí por una línea media de aponeurosis que les aporta flexibilidad y contención del paquete visceral, esta línea Alba. Es la que permite la distensión de los rectos durante el embarazo, permitiendo y acompañando el aumento de volumen del útero gestante y que en la mayoría de los casos la reconoceréis por su famosa tinción a un color oscuro debido a los cambios hormonales que alteran la melanina en esta zona. Es de consistencia fibrosa y por lo tanto no puede estirarse como lo hacen otras estructuras.
Durante el embarazo, la suma de los cambios hormonales producidos por la progesterona, los estrógenos y la relaxina, y la causa mecánica dada por el crecimiento uterino, causa en muchos casos un estiramiento de los músculos rectos del abdomen. La consecuencia a este estiramiento es una separación de dichos músculos conocida como Diástasis Abdominal.
En mujeres sanas existe una sinergia entre los músculos Rectos del Abdomen y la musculatura del Suelo Pélvico. El suelo pélvico actúa junto con los músculos abdominales y los multífidus en la estabilización del tronco. Así, en mujeres que presentan deterioro de la pared abdominal puede ser una de las causas de disfunciones en el suelo pélvico.
Tipos de diástasis abdominal
- Diástasis funcional: No hay rotura de las estructuras, aunque automáticamente esta zona se convierte en una zona de riesgo.
- Diástasis anatómica: La estructura fibrosa que une los abdominales se rompe, lo que permite que las vísceras, como los intestinos protruyan, salgan hacia afuera, especialmente en los momentos en los que hacemos un esfuerzo, que entonces esta “hernia” se hace más evidente.
¿Qué puedo hacer si sospechas que tienes DIÁSTASIS?
Lo primero es hacer tanto una revisión de la diástasis (separación de los rectos abdominales) como la de suelo pélvico, esto es lo que se debe realizar en una valoración posparto.
AUTOEXPLORACIÓN:
- Tumbado en la cama boca arriba intenta elevar solamente la cabeza para mirar tu ombligo, si en esta maniobra tu abdomen se sale hacia fuera podría tratarse de una diástasis. Puedes palpar tu Línea Alba central desde esternón hasta el pubis buscando zonas blanditas donde tus dedos puedan introducirse en exceso hacia el interior de manera fácil e indolora.
- Observar si en maniobras de hiperpresión abdominal como: toser, estornudar, levantar algún peso o incorporarte de la cama tu vientre/abdomen tienden a salirse hacia delante.
¿Qué TRATAMIENTO HAY?
- Lo primero es acudir a un fisioterapeuta especializado en Ginecología, para que realice una exploración tanto de la pared abdominal como del Suelo Pélvico. Ya que como hemos mencionado anteriormente están muy relacionados.
- En el caso de que tu diástasis sea funcional, sin que las estructuras se hayan roto, la técnica más adecuada es la gimnasia abdominal hipopresiva, acompañada de un buen plan de fisioterapia.
- El objetivo será hacer competente y tonificar el músculo transverso del abdomen y así dar mayor estabilidad a tu tronco, además de permitir que las estructuras se vayan aproximando a su situación original. La fuerte tracción miofascial que se genera durante el hipopresivo, además de la descongestión pélvica reforzarán la pared abdominal.
- Medidas de Higiene Postural y Ergonomía.
- Y si fuese necesario para ayudar a la regeneración tisular del tejido conectivo de la línea Alba con tratamiento con Diatermia.
En la Clínica Silvia Molins, trabajamos diariamente con esta patología. Como mencionamos al principio del artículo, las diástasis no es sólo un problema estético por el abultamiento visible del abdomen, si no que su componente funcional es lo que más nos preocupa a los fisioterapeutas, ya que la Diástasis de los músculos Rectos del Abdomen puede interferir en la capacidad de estabilización lumbopélvica.
Los casos de diástasis secundaria a embarazo, sobrepeso, partos complicados y/ó cesáreas, que no se resuelve fisiológicamente, y es aquí donde un seguimiento y tratamiento personalizado adquiere suma importancia para evitar:
- Déficit funcional del suelo pélvico, incontinencia urinaria…
- Herniaciones abdominales secundarias.
- Ptosis abdominal, trastornos digestivos e intestinales.
- Problemas mecánicos de la faja lumbo-pélvica, dolores de espalda secundarios a desalineaciones de la columna vertebral.
- Trastornos respiratorios por mal funcionamiento diafragmático.
- Alteraciones biomecánicas y posturales por pérdida del centro de gravedad corporal…
Como podéis observar son múltiples las consecuencias de una diástasis no tratada.
Los hipopresivos son herramienta fundamental para el tratamiento de la diástasis, y que también este tipo de gimnasia abdominal hipopresiva están indicados para patologías como incontinencia urinaria, disfunciones urogenitales, disfunciones respiratorias e incluso deportistas que quieran aumentar su rendimiento.
El 53% de las mujeres en el posparto inmediato (las primeras 5 semanas tras el parto) presentan alteraciones al nivel de los rectos. Por lo tanto, la valoración debería realizarse a partir del segundo mes del postparto.
Como contraindicación en el postparto: realizar abdominales tradicionales en el postparto puede provocar una diástasis o incluso una hernia intestinal.
Cuando se realiza de la manera correcta y constante, puede permitir una recuperación visible en los primeros 21 días.