¿Frío o calor?

Es la gran pregunta que muchos pacientes nos hacen tras sufrir una lesión. La oímos a diario en la consulta.Siempre tenemos a alguien que nos aconseja una cosa o la contraria. En este artículo vamos a tratar de explicar de forma muy resumida porqué utilizar cada una y con qué finalidad. La aplicación de frío o de calor tiene propiedades relajantes y antiinflamatorias, está al alcance de cualquier persona y tiene la ventaja de no presentar efectos secundarios como los medicamentos.

Frío

Cuándo aplicar frío:

  • En patología muscular, rotura de fibras, sobrecarga: aplicar durante las primeras 72h.
  • Contusiones: aplicar al instante de producirse la contusión.
  • Tendinitis y tendinosis: aplicar cuando duela y después de la actividad física.
  • Patología articular (esguince, torcedura, fractura, luxación): aplicar durante las primeras 72h.

Cuáles son los efectos del frío:

  • Disminuye el dolor, el espasmo muscular y la hemorragia. Acelera el proceso de recuperación de la lesión.
  • Tiene efecto analgésico que alivia el dolor del traumatismo.
  • Cierra los vasos sanguíneos (vasoconstricción) impidiendo que llegue más sangre a la zona lesionada y disminuyendo y ralentizando el proceso inflamatorio.

Cómo aplicar frío:

  • Es muy importante no aplicarlo directamente sobre la piel, ya que el hielo tiene un efecto anestésico que impide percibir una quemadura por frío.
  • Aplicaciones de máximo 10 minutos cada dos horas para evita “efecto rebote” (cuando la temperatura de la piel baja en exceso, el cuerpo provoca una vasodilatación para hacer llegar más sangre a la zona y subir la temperatura).
  • No usarlo más de 3 días para así no dificultar el proceso de cicatrización/reparación de la lesión.

Calor

Cuáles son los efectos del calor:

  • Aumenta el flujo sanguíneo, mejorando el aporte de nutrientes a los tejidos afectos, lo que acelera el proceso de cicatrización.
  • Disminuye la sensación de dolor.
  • Aumenta la elasticidad y plasticidad muscular, mejorando la contractibilidad del músculo y disminuyendo la rigidez articular.

Es convienente saber que el calor no es un tratamiento en sí, sino una herramienta para un posterior tratamiento.

Cuándo aplicar el calor:

  • Tras un traumatismo: aplicar pasadas las 72 primeras horas.
  • En patología muscular como contracturas o lesiones por un esfuerzo excesivo: aplicar cuando haya molestias.
  • En casos de patología articular (rigidez, tortícolis, mala postura, artrosis…): aplicar también cuando haya molestias.
  • Antes de entrenar, para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones.

Cómo aplicar el calor:

  • Aplicarlo un tiempo máximo de 15 minutos cada dos horas. Sobrepasar este tiempo podría provocar edemas y quemaduras.
  • Tras la aplicación en contracturas es importante realizar un estiramiento de esa musculatura.
  • En caso de traumatismo no usarlo antes de que hayan pasado 72 horas desde la lesión.
  • No aplicar calor encima de una zona sobre la que se haya puesto cremas o sprays de efecto calor, puesto que la suma de los mismos puede provocar quemaduras severas.

 

¿Se puede usar frío y calor para la misma lesión?
En las lesiones crónicas aplicamos calor antes del tratamiento para aumentar la vascularización, elasticidad de los tejidos y facilitar el proceso regenerativo. Al terminar las sesiones de tratamiento se aplica frío para evitar la inflamación de los tejidos afectados.