Si nos remitimos al origen del término podemos decir que se trata de un “tratamiento mediante agentes naturales, o físicos”.
La Organización Mundial de la Salud define la fisioterapia como la ciencia del tratamiento a través de: medios físicos, ejercicio terapéutico, masoterapia y electroterapia. Además, la Fisioterapia incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el valor de la afectación y fuerza muscular, pruebas para determinar las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular y medidas de la capacidad vital, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución”.
Es decir, hablamos de la aplicación de estos agentes físicos en personas afectadas de diversos problemas orgánicos con el fin de curar, prevenir, o recuperar las más diversas dolencias orgánicas y así mejorar su calidad de vida.
Por lo tanto, la fisioterapia interviene cuando el ser humano ha perdido o se encuentra en riesgo de perder o alterar de forma temporal o permanente el adecuado movimiento del cuerpo y con ello las funciones físicas.
En algunos países, la fisioterapia se conoce como kinesiterapia.
Las herramientas con las que cuenta la fisioterapia hoy en día son muy diversas, y todas van encaminadas a recuperar una determinada funcionalidad que por las causas que sean no se encuentra al 100%:
- El masaje, en sus diversas modalidades, es quizá el aspecto más conocido.
- Terapias de movimiento, o kinesoterapias.
- Métodos para equilibrar, estirar, e incluso potenciar la musculatura.
- Diferentes tipos de vendajes.
- Aplicación terapéutica de corriente eléctrica, o electroterapia.
- Aplicación de ultrasonidos.
- Aplicación de calor.
- Terapia mediante el uso de agua.
- Aplicación de campos magnéticos, o magnetoterapia.
- Aplicación del láser.
- Aplicación de frio, crioterapia.
- Etc.