¿QUÉ ES LA OSTEOPATÍA PEDIÁTRICA?

Con la ayuda de la Osteopatía bebes y niños crecerán con mayor armonía  y  salud, previniendo futuras patologías.

Una de las bases de la medicina natural es la de la prevención. En países como Francia, Bélgica, Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos, es habitual este trabajo desde los primeros días o meses de vida de los bebés. De esta manera evitamos la cronicidad de enfermedades futuras, sin padecer molestos síntomas durante años.

Se trata de una disciplina poco conocido en nuestro país, pero altamente gratificante, porque permite ayudar a prevenir futuros problemas físicos. Y, lógicamente, también es beneficiosa para los propios bebés, a los que a menudo no se trata de la manera correcta.

Desde los primeros días de vida del bebé, la osteopatía pediátrica juega un papel importante, ya que aporta un punto de vista médico diferente de los diversos problemas que puede sufrir el pequeño. Ya sea durante el embarazo, mala posición fetal o en el mismo parto, ya que se trata de un proceso duro en el que se producen diferentes tensiones-presiones, sobre todo a nivel craneal, que puede alterar el bienestar del bebé. A medida que pasan los días, después del parto, el cráneo va recuperando su forma y los tejidos se van relajando, pero a veces este proceso no puede verse completado por diversos factores, tales como partos instrumentalizados, doble vuelta de cordón, pelvis menor estrecha…

Durante los primeros meses de vida, el bebé puede mostrarse intranquilo y estresado, ya que seguramente está sometido a mucha presión craneal, se quejan y mueven constantemente por que no encuentran bienestar. Pueden adoptar posturas asimétricas como adaptación  en busca de una solución a las tensiones sufridas.

También pueden presentar dificultad para la succión, dado por el desorden de las tensiones membranosas intracraneales que le dificultan la buena movilidad y capacidad de succionar.

A menudo encontramos irritación de los pares craneales (conjunto de nervios que parten de la base del cráneo y se distribuyen a lo largo de la cabeza, cuello, tórax y abdomen), responsables del buen funcionamiento de diferentes áreas del organismo tales como el sistema gastrointestinal (cólicos), control de la musculatura cervical (torticolis),etc. En muchas ocasiones pueden verse comprimidos, el bebé suele lanzarse hacia atrás como respuesta al malestar. Dependiendo del nervio afectado influye de una manera u otra al bebé (tenemos un total de 12 Pares craneales).

El principal objetivo de la Osteopatía pediátrica es valorar y devolver la movilidad global al organismo de una manera equilibrada. El osteópata valora las tensiones del cráneo-cuerpo  devolviendo un equilibrio y simetría a través de sus manos mediante técnicas suaves, aliviando la sintomatología originada por la afectación de ciertos tejidos y estructuras.

Mediante la osteopatía pediátrica podemos tratar a aquellos niños con problemas a los que los tratamientos de la medicina convencional no da solución. Porque estos niños, muchas veces, no están enfermos, y aún en el caso que lo estén podemos mejorar su estado y ayudarles a sobrellevar su dolencia. La osteopatía trabaja sobre el funcionamiento básico del organismo, su mecánica, su fluidez… intentando entender el porqué de la sintomatología, para interpretarla e intentar llegar a restablecer el equilibrio funcional global perdido.

Se debe trabajar de manera preventiva, para evitar que pequeños trastornos se conviertan en disfunciones en un futuro.

Existen casos en los que es particularmente recomendable acudir a una primera consulta osteopática, por el alto índice de traumatismos que pueden sufrir los bebés en estas situaciones:

  • Partos difíciles
  • Cesáreas
  • Partos de nalgas o podálicos
  • Utilización de fórceps o ventosas
  • Bebes prematuros
  • Fase expulsiva prolongada

Este es el objetivo de la osteopatía pediátrica en los niños: trabajar a nivel craneal, fascial, articular… para restablecer la armonía funcional global. Y cuando antes mejor, por lo que podemos actuar en neonatos y a cualquier otra edad.

Es importante saber que es un tratamiento totalmente compatible con la medicina convencional y que no sólo es curativo sino también preventivo, es decir que siempre es recomendable acudir en los primeros meses de vida con el fin de detectar esos posibles desajustes que en el 70% pasan desapercibidos.

Por tanto, la osteopatía se puede utilizar en niños con patologías evidentes que muestran síntomas claros, pero también en niños que aparentemente no muestran ningún problema. Niños que lloran más de lo normal, que comen o duermen mal, enfermizos, etc. Como estos problemas no suelen tener consideración de síntomas, se cree que el niño es así por su naturaleza. De esta manera, no pensamos que dichos problemas nos puedan estar poniendo sobre la pista de un desajuste que puede ser atajado desde el momento del nacimiento.

La misión de un bebé sano se basa en comer, hacer pipí, cacas y dormir. Un bebé llora si tiene frío, calor, si tiene sueño, si se grita a su lado, si se le estresa, si tiene hambre, si necesita que se le cambie el pañal….Si nada de esto ocurre, podemos estar ante un problema susceptible de ser tratado por un osteópata cualificado. Los bebés que lloran constantemente (sea de día o de noche), los que no comen correctamente, los que regurgitan, los que padecen estreñimiento, los que sufren de procesos respiratorios (asma, bronquitis…), patologías cutáneas (dermatitis, eccemas…), etc. son niños que, habitualmente, padecen patologías tratables por la osteopatía y que los pediatras son incapaces de reconocer o que enfocan bajo un punto de vista equivocado.

Los trastornos o indicaciones para trabajar con la osteopatía pediátrica en los niños son amplios:

  • Plagiocefalia( es una deformación craneal que presenta el aplastamiento del cráneo que aparece cuando la cabeza de un bebe permanece en una misma posición durante largos periodos de tiempo como por ejemplo por consecuencia de una tortícolis muscular congénita)
  • Llanto excesivo
  • Problemas en la succión al mamar
  • Otitis, sinusitis
  • Dolor de cabeza, migrañas
  • Problemas respiratorios. Bronquiolitis, asma…
  • Estreñimiento y diarreas
  • Trastornos de las funciones básicas: sueño, hambre, vigilia, comportamiento, hiperactividad
  • Estrabismo
  • Problemas de espalda: cifosis, escoliosis, cervicalgias, lumbalgias…
  • A medida que el niño se hace mayor podemos abordar las dificultades del desarrollo psicomotor así como malas posiciones de pies y piernas al comenzar la sedestación y la marcha, hasta la edad preadolescente donde prestamos mucha atención a la espalda y su correcta alineación con el crecimiento.
  • Parálisis Braquiales Obstétricas, fracturas perinatales.
  • Patología traumatológica como esguinces, contusiones, luxaciones de cadera
  • Postura llamativa: el bebe adopta siempre la misma posición o no acepta otras.
  • El bebe se estira del pelo o se da golpes contra pared, colchón, cuna…
  •  Platibasia, dolicocefalias,…otras deformidades craneales congénitas o adquiridas.
  • Tortícolis del bebé, ya sea congénita o adquirida. ( es la deformidad  que se presenta en el recién nacido o en los dos primeros meses de vida y que se asocia a un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo)
  • Cólicos del lactante,  reflujo gastroesofágico, gases, vómitos, regurgitaciones y otras disfunciones viscerales.
  • Trastornos del sistema estomatognático( maxilar, palatino, mandíbula, dientes, lengua,…). Mala oclusión dental y posición lingual

Aquí ponemos algunos ejemplos:

  • Lloro excesivo antes de las comidas, tal vez no es  un  rechazo caprichoso a la comida, es posible que  el niño  esté intentando informarnos de que su diafragma está en espasmo y que comer supone un esfuerzo por una falta de movilidad.
  • El nervio responsable de las funciones neurovegetativas digestivas, el nervio vago, en su salida craneal, en el agujero rasgado posterior entre los huesos occipital y temporal. Compresiones en esta zona pueden alterar la función digestiva, ser causa de náuseas y otras alteraciones.
  •  Dificultades en conciliar el sueño, pueden ser debidas a compresiones craneales sutiles que alteran los procesos circadianos del hipotálamo.
  • El niño se chupa el dedo en una edad ya avanzada, es un mecanismo inconsciente para intentar bombear el paladar y corregir alguna disfunción de la bóveda craneal que puede estar repercutiendo en tensiones en otras partes del cuerpo. El reflejo de succión , es una técnica inconsciente del bebé para facilitar el bombeo craneal, después de la compresión sufrida por el parto..

El osteópata libera estas compresiones y/o  disfunciones y facilita la armonía.

¿EN QUE CONSISTE EL TRATAMIENTO?

En el caso de los niños las técnicas utilizadas son muy suaves y respetuosas con el momento de crecimiento, especialmente en los primeros años. Técnicas suaves y muy delicadas, sobre la cabeza, columna vertebral, pelvis, etc. del bebé, para devolver el equilibrio fisiológico necesario para que estas funciones no se vean alteradas.

En una primera sesión se realiza la historia clínica completa: es de gran importancia para nosotros recibir información de cómo ha sido el parto, cual era la posición del feto dentro del saco uterino, si se han utilizado instrumentos para facilitar el parto… estos aspectos puedes ser determinantes en ciertas disfunciones.

Posteriormente la exploración del niño es completa, así el osteópata se hace una idea del funcionamiento global y no sólo de la zona sintomática. El trabajo de un osteópata consiste en equilibrar las membranas, suturas y líquidos, con el fin de evitar una afectación en el crecimiento.

Las fontanelas craneales se cierran hacia el final del segundo año, y el cerebro triplica su tamaño en este tiempo. El córtex cerebral no está formado aún hasta los dos primeros meses de vida, es decir la parte cognitiva del bebé está por desarrollarse, y por tanto podemos ayudar a que el desarrollo neurológico en este tiempo sea óptimo.

Es importante la observación por parte de los padres: si el niño mueve los dos brazos y piernas por igual, si gira la cabeza hacia los dos lados, si es inquieto o tranquilo, si aprende a hablar pronto, su forma de caminar, etc. Todos estos datos ayudan al osteópata en su trabajo.

Lo ideal es aplicar el tratamiento durante los 6 primeros meses de vida, que es cuando más efectivas son las técnicas gracias al gran potencial de cambio que presenta el bebé, y cuando mejores y más rápidos resultados se obtienen. Pues durante este periodo el bebé acepta más fácilmente la posición en decúbito. No obstante el tratamiento se puede iniciar a cualquier edad, ya que la osteopatía es una terapia aplicada en adultos.

La Osteopatía ofrece, sobre todo en los niños, la ventaja de poder actuar de forma preventiva, y puede representar un gran éxito en el tratamiento de disfunciones infantiles, tanto las que tienen un origen genético o embrionario, como las derivadas del proceso de gestación y sobretodo del parto.

El bebé sabe que le estamos tratando. De la misma manera que un adulto nota la diferencia ellos también. Hay momentos del tratamiento en que, al estar jugando, no prestan mucha atención, pero en otras ocasiones se concentran y están atentos a lo que haces y perciben las sensaciones que el tratamiento les produce.

Los tratamientos son más breves que con un adulto y las técnicas más suaves. Todo cambio debido al tratamiento requiere un esfuerzo , así que el bebé/niño puede sentirse más cansado y dormir más, o explorar la novedad de esa sensación nueva que siente moviéndose más y mostrándose más inquieto. Todo ello de forma muy breve.

La osteopatía ayuda a disminuir las tensiones fasciales de la duramadre que fijan la postura y a realizar una correcta reeducación postural para evitar la cronicidad de la lesión. Los cojines especiales y la órtesis externas como el casco son un tratamiento convencional efectivo pero siempre debe ir acompañado de una tratamiento fisioterápico y osteopático adecuado para corregir la asimetría y posibles lesiones que lo acompañan como problemas auditivos, del habla, visuales o problemas neurológicos. En ocasiones un tratamiento temprano puede evitar la colocación de la órtesis.

En la Clínica Silvia Molins, estamos especializados en osteopatía pediátrica. El tratamiento tendrá como cualidad el ser preventivo o curativo. Se ha de realizar lo antes posible en el lactante y en el niño. Nuestro tratamiento va a permitir a los bebés y niños el poder integrarse antes y mejor al movimiento, evolucionando satisfactoriamente.

Es habitual encontrar a padres inquietos ante la idea de llevar a un terapeuta a su hijo recién nacido. Esto ocurre hasta que se conoce la manera tan sutil de actuar en  una sesión de este tipo, en la que las manos del profesional “escuchan” las distintas partes del cuerpo del niño, haciendo las correcciones oportunas con idéntica suavidad. Se suele pedir la colaboración de los padres, apoyando con su presencia.

En definitiva, cada día son más las madres que acuden a un osteópata con sus bebés y niños de corta edad, en busca de soluciones reales a los problemas cotidianos que sufren sus hijos y que en muchas ocasiones son un auténtico “martirio” para los padres (los niños que lloran toda la noche, etc.).

Durante en tratamiento abordamos con técnicas muy suaves y sutiles, totalmente nocivas para el niño. Actuamos sobre signos muy habituales (lloro excesivo, dificultad para conciliar el sueño, dificultad para la lactancia, déficit de atención o dificultad en el aprendizaje, cólicos,bronquiolitis, etc) y siempre con la colaboración de los padres.

A veces el trabajo osteopático sólo se trabaja de manera preventiva, para evitar que pequeños trastornos se conviertan en enfermedades serias en un futuro.

No siempre la naturaleza opta por el mejor camino, deja que le ayudemos, sabemos cómo hacerlo.