¿Qué es el síndrome de ovario poliquístico?
Es una alteración hormonal y metabólica de origen desconocido que se define como una disfunción ovulatoria causada por un exceso de hormonas masculinas: andrógenos.
Se considera una de las alteraciones más frecuentes entre las mujeres, con una prevalencia del 10% en las mujeres en edad reproductiva, pudiendo tener manifestaciones en etapas previas a la pubertad.
El SOP se produce, en general, cuando una hormona llamada LH o los niveles de insulina están muy elevados, como consecuencia, tus ovarios producen un exceso de testosterona.
El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) se estima que afecta a aproximadamente un 6-10% de las mujeres.
Este síndrome se define por tres características específicas:
1) Incremento en la producción de insulina. Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico es posible que produzcan un exceso de insulina (provocando obesidad) lo que estimula a sus ovarios a producir un exceso de hormonas masculinas, andrógenos.
2) Periodos menstruales irregulares o ausencia de periodos.
3) Presencia de masas que se llaman quistes en los ovarios. Muchas mujeres que padecen del síndrome de ovario poliquístico también presentan otros signos y síntomas que explicaremos a continuación.
Se considera que el síndrome de ovario poliquístico es una de las causas mayoritarias de la infertilidad femenina y el problema endocrino más frecuente en las mujeres en edad reproductiva.
El tener los ovarios poliquísticos NO quiere decir que tenga “quistes en los ovarios”. Esta denominación, desafortunada por las confusiones que genera, se refiere al gran número de folículos de pequeño tamaño (menores de 10mm) que existen en los ovarios en estado de reposo, muy superior a los ovarios normales.
Muchas mujeres tienen los ovarios poliquísticos, pero no el síndrome, y por lo tanto, ni tienen obesidad, ni hiperandrogenismo, y además ovulan más o menos correctamente. Por lo tanto, esto puede ser un hallazgo casual, y no tiene ninguna repercusión en la reproducción.
¿Qué síntomas presentan?
Las adolescentes y mujeres jóvenes con SOPQ en general presentan uno o más síntomas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
– Ciclos menstruales irregulares:
- Amenorrea (falta de menstruación)
- Oligomenorrea (ciclos largos, mayores a 35 días) 80% casos
- Polimenorrea (ciclos cortos, menores a 24 días)
- Hipermenorrea (reglas muy abundantes).
– Ausencia de ovulación (infertilidad)
– Tendencia a la obesidad: Síndrome metabólico, con tendencia a la obesidad central y otros síntomas relacionados con la resistencia a la insulina. (70-80% de las mujeres con SOP son insulinoresistentes).
– Manchas de piel más oscuras en la parte posterior del cuello, cara, axilas, senos u otras áreas, conocido como acantosis nigricans. Provocadas por el aumento de insulina.
– Múltiples quistes en los ovarios.
– Continua producción de andrógenos generarán acné, hirsutismo (aumento del vello corporal y aparición de vello en localizaciones característicamente masculinas) y alopecia (caída del pelo).
– Hipertensión, dislipemias (colesterol alto) o resistencia a la insulina una dificultad a que la insulina haga su efecto en su cuerpo reduciendo la glucosa sanguínea. Es por esto por lo que a medio-largo plazo, las mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos tienen una mayor tendencia a hacer una diabetes tipo II y sus complicaciones asociadas.
La severidad de los síntomas varía de paciente a paciente. El diagnóstico debería descartar otras causas de hiperandrogenismo como la hiperplasia suprarrenal congénita, hiperprolactinemia, hipotiroidismo y síndrome de Cushing.
No todas las mujeres con el síndrome de ovario poliquístico presentan todos estos síntomas. A menudo, las mujeres se enteran que padecen este síndrome cuando acuden al médico o ginecólogo debido a periodos menstruales irregulares o porque tienen dificultad para quedar embarazadas.
¿Cómo se diagnóstica?
Los criterios fundamentales que deben existir para definir a una paciente como portadora de SOP son la anovulación y la irregularidad menstrual causada por hiperandrogenismo. No tiene porque estar presentes todas las manifestaciones.
La mayoría de las veces, el síndrome del ovario poliquístico se diagnostica en mujeres a los 20 o 30 años; sin embargo, también puede afectar a las niñas adolescentes. Los síntomas a menudo empiezan cuando se inician los periodos de una niña. Las mujeres con este trastorno con frecuencia tienen una madre o hermana con síntomas similares.
El aspecto fundamental se denota por la confirmación de la relación LH/FSH, la cual debe estar mayor de 2 (normalmente es 1,5:1).
El diagnóstico debe hacerse por un especialista, el cual sumará la historia clínica con pruebas del laboratorio y ultrasonido pélvico o de preferencia endovaginal que tiene mayor resolución y es el estándar actual para la valoración de útero y ovarios.
De las mujeres con ovarios poliquísticos, un estimado de 5-10% de ellas serán diagnosticadas con el Síndrome de Ovario Poliquístico.
Pruebas y exámenes
Las siguientes afecciones son comunes en mujeres con el síndrome del ovario poliquístico:
- Diabetes
- Hipertensión arterial
- Colesterol alto
- Aumento de peso y obesidad
Se pueden hacer exámenes de sangre para verificar los niveles hormonales, que pueden incluir:
- Nivel de estrógenos
- Nivel de hormona foliculoestimulante
- Nivel de hormona luteinizante
- Nivel de hormonas masculinas (testosterona)
- 17 cetosteroides
Otros exámenes que se puede hacer abarcan:
- Glucosa en ayunas (azúcar en la sangre) y otros exámenes para la intolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina
- Niveles de lípidos
- Prueba de embarazo (GCH en suero)
- Niveles de prolactina
- Pruebas de la función tiroidea
- Ecografía vaginal
- Laparoscopia pélvica
¿Qué tratamiento médico hay?
Si su médico cree que usted padece del síndrome de ovario poliquístico, descartará primero otros problemas médicos que pueden causar cualquiera de las tres características de esta enfermedad.
El diagnóstico se basa en su historial médico, examen físico y los resultados de pruebas de laboratorio.
- El historial médico contiene información sobre su ciclo menstrual y el historial de infertilidad. Antecedentes.
- El examen físico, su médico la examinará para determinar la presencia de patrones de crecimiento excesivo de vello, acné u otras señales de niveles elevados de andrógenos. Presión arterial y peso.
- Se realizarán una prueba para medir el nivel de andrógeno, insulina y colesterol en la sangre. También se podría realizar un examen de ecografía para detectar la presencia de quistes en los ovarios.
Los resultados de estas pruebas generalmente ayudan a los médicos a determinar el tipo de tratamiento que ha de recibir la paciente.
El diagnóstico y el tratamiento precoz del síndrome de ovario poliquístico son fundamentales porque esta afección expone a las pacientes al riesgo de desarrollar problemas a largo plazo. Recibir un tratamiento adecuado también es una buena idea si quieres tener un bebé en el futuro, ya que esta afección suele provocar infertilidad si no se trata.
El médico puede recomendar píldoras anticonceptivas para regular las concentraciones hormonales y regular el ciclo menstrual. Los anticonceptivos orales también ayudan a controlar el acné y el excesivo crecimiento del vello en algunas chicas.
Estos medicamentos funcionan mejor si su índice de masa corporal (IMC) es de 30 o menos (por debajo del rango de obesidad).
Expectativas (pronóstico)
La buena noticia es que, a pesar de que el síndrome de ovario poliquístico no tiene cura, esta afección se puede tratar. El paso más importante consiste en diagnosticarlo, ya que el hecho de recibir un tratamiento adecuado reduce las probabilidades de que los pacientes desarrollen efectos secundarios o colaterales.
Con tratamiento, las mujeres con síndrome del ovario poliquístico con mucha frecuencia pueden quedar embarazadas. Aquellas que desean quedarse embarazadas disponen de tratamientos hormonales especiales.
En caso contrario, se procede al tratamiento quirúrgico de los quistes.
Tratamiento osteopático:
En la Clínica Silvia Molins transmitimos a la paciente la importancia de conseguir llevar una vida saludable, en base a una adecuada alimentación, ejercicio físico y en lo posible disminución del stress.
El ejercicio físico regular puede ayudar a mejorar el peso así como reducir el riesgo a enfermedades cardiovasculares. El aumento de peso y la obesidad es común en las personas con síndrome del ovario poliquístico. Bajar de peso, incluso en poca cantidad, puede ayudar a tratar los cambios hormonales y los problemas de salud como la diabetes, la hipertensión arterial o el colesterol alto.
Como objetivos marcamos los siguientes:
- Normalizar el sistema nervioso autónomo y endocrino que controla el funcionamiento de las vísceras ginecológicas (útero y ovarios), que junto con la glándula suprarrenal es quien produce la hormona andrógena. Que a su vez es quien provoca la anovulación (ausencia de ovulación) y el hirsutismo.
- Revisar el sistema ligamentoso y fascial que relaciona estas vísceras con la pelvis.
- Mejorar la movilidad del útero, la circulación arterial, venosa y linfática (disminuyendo la congestión), así como la postura de la paciente.
- Actuar sobre la hipófisis que es quien regula la producción de la hormona luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH). Ambas son llamadas gonadotropinas, actúan sobre el ovario en el cual se produce el proceso de ovulación y secreción de hormonas sexuales femeninas, es decir, estrógenos y progesterona.
- Y, por supuesto, se dará las indicaciones y consejos necesarios para la vida diaria, en relación a la nutrición y el ejercicio físico, para que las mejoras conseguidas se mantengan en el tiempo.
Padecer un síndrome de ovario poliquístico puede ser muy difícil de sobrellevar para la autoestima de una chica porque algunos de sus síntomas, como los problemas de piel, el vello corporal y la ganancia de peso, son claramente visibles. Por suerte, hay medidas que puedes tomar para reducir los síntomas físicos y concentrarte en la vertiente emocional del hecho de padecer esta afección. Puede serles de ayuda hablar con un terapeuta u otro profesional. Hablar con otras adolescentes y con mujeres de más edad que padecen la misma afección es una buena forma de compartir información sobre su tratamiento y de obtener apoyo.