La Coccigodinia se presenta en forma de un dolor, generalmente de evolución crónica, que se localiza en el extremo caudal de la columna vertebral, irradiándose desde allí hacia la región inferior del sacro y a zona del periné, pudiendo acompañarse, en ocasiones, de sensación de tenesmo (sensación de querer defecar y en ocasiones no poder)
El coxis se localiza al final de la columna vertebral y está formado por la fusión de un conjunto de vértebras, entre 3 y 5, unidas por ligamentos y articulaciones. Es más o menos triangular, con el vértice apuntando hacia abajo.
Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor mientras se está sentado.
- Dolor agudo al pasar de estar sentado a estar de pie.
- Dolor causado al sentarse en una superficie dura.
- Hipersensibilidad a la palpación del coxis.
- Aumenta en ocasiones con la defecación, lo que es fácil de entender, si pensamos que la ampolla rectal apoya directamente sobre el propio coxis y el 1/3 inferior del sacro, lo que hace que al aumentar la presión de las paredes de la misma, ésta incida directamente sobre la estabilidad funcional de la articulación sacrocoxígea alterada, especialmente en los casos de sobreesfuerzo evacuatorio por estreñimiento. Dolor que empeora con el estreñimiento y mejora después de ir al baño.
- Posible irritación la próstata en el hombre y consecuencias en el vaciamiento completo de la vejiga durante la micción.
- Dolor que empeora bastante al sentarse especialmente sobre una superficie dura o al ponerse de pie.
- Dolor punzante en las piernas.
- Dolor intenso al hacer pequeños esfuerzos como estornudar, toser , etc.
- Molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
- Por la conexión con la duramadre, pueden afectar de manera importante al sistema craneal y visceral. Una irritación de la duramadre puede generar trastornos autonómicos y vestibulares, tales como: náuseas, mareos, vómitos, dolor de cabeza, insomnio, cansancio…
¿Qué causas la pueden producir?
- Causa Traumática:
- Una caída de nalgas – desplazará el coxis en sentido anterior ( Coxis en Flexión o subluxación anterior). Provocará un estiramiento del ligamento que limita este movimiento- ligamento sacrocoxígeo posterior y se puede producir la irritación del ganglio impar que participa en la inervación ortosimpática genital, de vejiga e intestino, por lo que puede favorecer patologías viscerales.
- Por el parto – En la subluxación posterior, la punta se desplaza hacia atrás y abajo, abriendo el ángulo que forma con el sacro. Este tipo de subluxación es menos común (20% de las coccigodinias crónicas) y a diferencia de la luxación anterior que es permanente, ésta sólo aparece durante la sedestación, volviendo a su estado normal en la bipedestación. En este tipo de subluxación se tiene el coxis completamente recto. Durante el parto, la cabeza del bebé pasa sobre la punta del coxis. La presión que puede producirse sobre el coxis puede a veces resultar en una lesión en alguna de sus estructuras (el disco, ligamentos y huesos). Es poco común, pero también podría provocar una fractura de coxis.
- Últimos meses del embarazo.
- Quiste pilonidal (fístula), de un absceso sacrocoxígeo, de un tumor o incluso de una aracnoiditis local, procesos todos ellos de fácil identificación por diagnóstico diferencial.
- Microtraumatismos (tirando del cóccix fuera de su posición normal, ya sea a través de una mala postura o una actividad repetida, como el ciclismo, remo, montar a caballo). Ciertas actividades que imponen una presión prolongada sobre el cóccix. Este dolor no es permanente, pero si la inflamación o síntomas no se controlan, podría convertirse en un dolor crónico.
- La coccigodinia con una lumbalgia de origen mecánico o de origen discal, como parte de los síntomas asociados a tales patologías, aunque tal posibilidad no debe descartarse de entrada, como tampoco pueden olvidarse las causas funcionales.
- Un aumento en el tono de la musculatura del suelo pélvico, puede deberse a un endurecimiento del músculo elevador del ano, piriforme y coccígeo.
- Conflicto disco-ligamentoso lumbosacro.
- Patología vascular como las hemorroides .
- Neuropatía del nervio pudendo.
- Intervenciones quirúrgicas.
¿Cómo se puede diagnosticar?
Los estudios complementarios:
- Las Radiografías permiten comprobar fracturas y la disposición del coxis en su relación con el sacro (angulación y situaciones de luxación o subluxación). Permite descartar descartar la posibilidad de que una fractura o tumor sean la causa de las molestias.
- El estudio RMN permite valorar las superficies articulares y el alcance de los tejidos blandos inflamados. Para descartar infecciones o tumores como causa deldolor.
Hay que confirmar la relación del dolor con las alteraciones observadas en la exploración, descartando causas locales como la presencia de neuritis, las compresiones de una rama nerviosa a distancia, las artritis y las enfermedades anorrectales o los procesos infecciosos perineales y también las causas generales derivadas de enfermedades vasculares, de una polineuritis sistémica o de la diabetes.
¿Qué tratamiento hay?
Los ensayos médicos han demostrado que la coccigodinia puede curarse en la gran mayoría de los casos, si se proporciona el tratamiento adecuado, tras un buen diagnóstico de la enfermedad y con aplicación de diferentes técnicas de Osteopatía, la mayoría de las lesiones del coxis se pueden controlar con tratamiento conservador.
Con la osteopatía se puede aliviar en gran medida la coccigodinia.
Algunas medidas empleadas desde la fisioterapia para combatir la coccigodinia serían: las movilizaciones del coxis, técnicas de liberación miofascial, relajación de los ligamentos sacrociáticos, sacrococcígeos y tratamiento de la musculatura glútea, del suelo pélvico y ejercicios.
Existen dos versiones en la manipulación; la externa y la interna.
La manipulación externa consiste en proceder a la reducción manual de la luxación de coxis, en la que el especialista intenta recolocarlo en su posición correcta. La corrección se hace muy suavemente, acompañando la posteriorización del coxis con la respiración y a menudo resulta efectiva.
La manipulación interna se realiza mediante un tacto rectal, es más directa no es dolorosa y biomecánicamente suele resultar muy eficaz.
La movilización externa a menudo resulta efectiva, de forma que la manipulación interna no es necesaria en muchos casos.
Una simple prueba de la movilidad nos permitirá identificar la lesión del cóccix.
En este punto, se puede decidir por una de las dos técnicas de reposicionamiento.
En ambos casos, se realizará un trabajo preparatorio sobre los ligamentos de las estructuras y dispositivos, con el fin de liberarlo para que el siguiente trabajo de reposicionamiento fácil y menos molesto para el paciente.
Aconsejamos:
- Usar aro de espuma para prevenir con esto la irritación de los ligamentos sacro-coccígeos.
- Aplicar calor húmedo sobre la zona, cataplasma de arcilla puede ayudar a mitigar el dolor.
- Evitar dormir boca arriba, siendo preferible la posición del lado para descansar, descargando de este modo la tensión sobre el cóccix.
Durante el embarazo:
- En las mujeres, este problema puede ser importante si usted está embarazada.
- La «posición incorrecta del coxis, de hecho, puede evitar una dilatación exitosa de la pelvis y los ligamentos, lo que provoca dolor severo en la madre.
En la Clínica de Silvia Molins, se realizará una anamnesis con el fin de averiguar antecedentes traumáticos, una exploración de todas las estructuras afectadas y una palpación de la zona y de su vecindad, donde podrá apreciarse la inflamación y delimitarse la extensión de la zona dolorida.
Debido a los dolores incapacitantes de la coccigodinia, se realizará un tratamiento eficaz que evite la cronicidad de los mismos y la importante repercusión psíquica con que cursan.
Determinando el tipo y grado de dolencia que presenta el paciente, el osteópata aplica el tratamiento conservador más adecuado para conseguir la relajación y el estiramiento de los músculos, para que el cóccix pueda regresar a su posición normal.