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"Hace aproximadamente un año, y tras varios meses con fuertes dolores en la zona lumbar, una resonancia me confirmó que tenía dos protusiones y una hernia entre las vertebras L3 y S1. Debido a mi trabajo, paso unas seis horas diarias sent..."
"Tras muchos años de molestia en la zona lumbar me diagnosticaron deshidratación del disco interlumbar y lumbalgia crónica. A raíz de esto fui a un fisioterapeuta. Con sus masajes y ejercicios no conseguí ningún tipo de mejoría, así ..."
Los discos intervertebrales son una especie de almohadillas que se encuentran entre las vértebras a lo largo de toda la columna. Están formados por un anillo fibroso (parte externa) relleno de un núcleo gelatinoso (parte interna).
Justo por detrás de los discos intervertebrales tenemos la médula espinal y la salida de los nervios que recorren el cuerpo (algo así como los cables que conectan con músculos, huesos y vísceras).
La hernia discal se produce cuando el núcleo interno se desplaza fuera de su lugar, ocupando un lugar que no le corresponde. Este desplazamiento ocurre debido a que la parte externa del disco se ha deteriorado.
Como consecuencia de este desplazamiento el disco puede comprimir la médula espinal o irritar alguna raíz nerviosa. Esta presión podría producir daños en los nervios y, por tanto, causar dolor aunque la hernia sea pequeña. Sin embargo, si la hernia no afecta a estas estructuras y los ligamentos que las rodean, aunque sea muy grande, lo más normal es que nunca tengamos síntomas.
Los dolores que provoca una hernia pueden ser de distinto tipo: Leves o agudos, puntuales o crónicos, en una zona concreta de la espalda o extenderse (irradiarse) hacia las piernas o brazos. También se pueden experimentar molestias como hormigueos, adormecimiento o insensibilidad en las extremidades. El grado y tipo de molestias dependerá de la ubicación del disco afectado y de su nivel de deterioro.
En la Clínica Silvia Molins somos fisioterapeutas y osteópatas y estamos siempre en continua formación. Nuestro objetivo en la clínica será averiguar cuál es la causa de tu dolor y así poder ofrecerte el tratamiento más adecuado para tu problema. Pero además de tratarte en la fase aguda (la de más dolor) también vamos a enseñarte cómo prevenirlas, cómo debes trabajar, qué musculatura fortalecer y cual estirar para que se dejen de repetir las crisis de dolor.
Los resultados obtenidos mediante el tratamiento con osteopatía son muy satisfactorios, un gran porcentaje los síntomas remiten en poco tiempo de comenzar el tratamiento.
Para garantizar que no se repitan, es necesario una serie de pautas alimentarias, posturales y ejercicios dirigidos que aquí podemos enseñarte.
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