¿Qué es un Punto Gatillo y cómo se trata?

Un Punto Gatillo Miofascial (PGM) es un punto altamente irritable, de dolor exquisito, en un nódulo que se encuentra dentro de una banda tensa palpable de un músculo esquelético. Son dolorosos a la presión y, cuando es estimulado, puede evocar dolor referido característico (el dolor se disemina o extiende siguiendo un patrón determinado), disfunción motora y fenómenos autonómicos tales como sudoración, piel de gallina, etc.

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Puntos gatillo localizados en el esternolceidomastoideo y su patrón de dolor referido.

Se produce una disfunción de las placas motoras por secreción excesiva de acetilcolina, provocando una contractura muy localizada y un aumento de tensión de las fibras musculares, lo que origina una banda tensa con isquemia en la zona. Esta isquemia genera una falta de aporte sanguíneo y la liberación de sustancias sensibilizantes, como: bradicinina, sustancia P, calcitonina, etc, responsables en gran medida de la aparición del dolor.

Los puntos gatillo no deben confundirse con los puntos tender, que son puntos dolorosos a la presión repartidos de forma específica por el cuerpo, y que se engloban dentro de los criterios diagnósticos para la fibromialgia.

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Puntos tender. Se necesitan al menos 11 de los 18 puntos para el diagnóstico de la fibromialgia.

Podemos diferenciar entre PGM activos y PGM latentes. Por un lado, los PGM activos van a producir dolor espontáneo, y también van a generar disfunción o alteración caracterizada por la debilidad y restricción del movimiento. Por otro lado, vamos a encontrar también los PGM latentes, que no van a generar dolor espontáneo, pero si van a generar dolor a la presión. Probablemente, un PGM latente evolucionará a activo, por lo que también deben ser tratados.

Características de los PGM:

  • Los PGM pueden variar en irritabilidad dependiendo de la hora del día en la que nos encontremos.
  • Los síntomas que provoca el PGM duran más que el factor desencadenante (por ejemplo: una crisis de asma que provoca PGM en los escalenos, y luego queda un dolor referido en el brazo).
  • Los PGM son responsables de otros síntomas a parte del dolor (por ejemplo: un dolor de cabeza por un PGM en el esplenio).
  • Provocan rigidez en los músculos implicados.
  • El dolor aumenta con el estiramiento activo o pasivo, y en la contracción contra-resistencia.
  • Producen debilidad muscular sin atrofia.
  • Refieren dolor profundo y trastornos de la sensibilidad en la zona de dolor referido.
  • Pueden inducir actividad motora (espasmo referido) en otros músculos y activar otros PGM.
  • Algunas veces hay adherencias en la piel situada por encima del PGM.

Criterios para el diagnóstico de los PGM:

Criterios esenciales:

  • Existencia de una banda tensa palpable.
  • Dolor local exquisito a la presión del nódulo de la banda tensa.
  • Reconocimiento del dolor por parte del paciente.
  • Limitación dolorosa de la amplitud al estiramiento completo.

Observaciones confirmatorias:

  • Identificación visual o táctil de la respuesta de espasmo local.
  • Dolor o alteración de la sensibilidad al comprimir el nódulo sensible.
  • Demostración electromiográfica de la actividad eléctrica espontánea.

 

Existen una serie de factores que interfieren negativamente en el proceso de curación y desaparición de los PGM, y que los prolongan en el tiempo. Son los denominados factores de perpetuación, e incluyen: ergonomía postural o del puesto de trabajo, ejercicios repetitivos, mala biomecánica o técnica deportiva, alteraciones nutricionales, factores psicológicos, alteración del sueño, etc.

Una vez que hemos visto las características de los PGM, vamos a ver como se tratan:

Hay varias técnicas para tratar los PGM, como compresión isquémica, estiramiento analítico, estiramiento con frío, masoterapia, relajación post-isométrica, etc. Sin embargo, vamos a centrarnos en describir la que podría ser la técnica más efectiva: la punción seca.

La punción seca es una técnica invasiva que utiliza agujas de acupuntura para el tratamiento de los PGM. Penetran en la piel y puncionan el nódulo sensible para desactivarlo y así disminuir el dolor que éste produce. Como vemos, se trata de un estímulo mecánico, no se introduce ninguna sustancia, de ahí el nombre de punción “seca”.

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Tratamiento mediante punción seca.

Existen 2 técnicas de punción de los PGM: la punción superficial y la punción profunda.

En la punción superficial, las agujas penetran en la piel y el tejido celular subcutáneo, a una profundidad máxima de 1cm. Tiene como ventaja que casi no hay peligros o complicaciones asociadas, pero no resulta tan efectiva como la profunda.

En la punción profunda se inserta la aguja hasta puncionar el PGM, y se realiza una técnica de entrada y salida rápida que provoca la respuesta de espasmo local, y le ruptura de las sarcómeras contraídas permitiendo la relajación del músculo. También disminuyen las sustancias sensibilizantes que hemos visto al principio. Es más efectiva y más rápida.

El tratamiento es realmente rápido, pueden bastar unos segundos para desactivar el PGM. Posteriormente queda una sensibilidad post-punción que desaparece en pocas horas, que se ve mejorada con el estiramiento del músculo afecto.

Desde ese mismo momento, el músculo recupera su normalidad y deja de enviar sensación de dolor.

En la Clínica Silvia Molins, somos especialistas en la identificación de los PGM, y disponemos de los medios necesarios para su desactivación que, unido a nuestro tratamiento de osteopatía y fisioterapia, logramos mejorar rápidamente la calidad de vida de los pacientes que presentan esta dolencia.

Por tanto, si presentas alguno de los síntomas como dolor, rigidez o contractura, acude a consulta y te atenderemos gustosamente.