Bursitis Trocantérea

¿Qué es?

La bursitis trocantérea (también llamada bursitis pertrocantérea o trocanteritis) es un inflamación de la bursa serosa que se encuentra entre el trocánter mayor del fémur y la fascia lata (tendón plano que baja desde la cadera hasta la rodilla por el lateral del muslo). Esta bursa sirve para suavizar el roce entre ambos, como si de un amortiguador se tratase. El paciente refiere dolor en la parte lateral de la cadera a pesar de que esta articulación no está implicada directamente.

Esta lesión puede ocurrir a cualquier edad (lo más frecuente es entre los 40-60 años y predominantemente mujeres). Aunque la causa no está definida completamente, observamos que suele producirse por pequeños microtraumatismos de repetición y sobreesfuerzos repetidos, siendo característica en porteros de futbol, judocas y corredores.

Los pacientes suelen acudir a consulta refiriendo un fuerte dolor de cadera. El dolor puede irradiarse por la parte lateral del muslo hasta la altura de la rodilla sin llegar al pie.

La trocanteritis, o bursitis trocantérea,  es la causa más frecuente de dolor procedente de las estructuras que se encuentran alrededor de la cadera. De hecho, en muchas ocasiones pasa inadvertida.

Los pacientes suelen ser diagnosticados por sus especialistas como coxalgia inespecífica (sobre todo en pacientes de edades avanzadas y con artrosis de cadera).

¿Por qué se produce la bursitis trocantérea?

Nos encontramos con que la mayoría de las trocanteritis están causadas por microtraumatismos de repetición.

La fricción repetida del musculo tensor de la fascia lata sobre la bursa al pasar por encima de ella en los movimientos de flexo-extensión de la cadera (al caminar, correr, etc.) acaba produciendo una inflamación.

A su vez, el músculo glúteo mayor tracciona de este tendón favoreciendo la fricción que antes comentábamos, siendo un factor a tener en cuenta en la aparición de una bursitis.

Otro factor desencadenante de esta lesión son los casos de dismetría de miembros inferiores (una pierna más larga que otra) o la carrera por superficies inclinadas o irregulares.

También pueden causar una bursitis un glúteo medio con un exceso de tono, ciertas alteraciones biomecánicas de la rodilla, pie, cadera o columna. Otra de las posibles causas puede ser una caída con golpeo directo sobre el trocánter (porteros de futbol, jugadores de rugby, judocas…) ya que esta provoca una pequeña hemorragia que puede engrosar la bursa, haciendo que se pueda cronificar dicho problema.

¿Qué factores y a que personas afecta más la bursitis trocantérea?

Otros factores predisponentes a sufrir una bursitis son las cirugías de la zona o las inmovilizaciones prolongadas con yeso de la pierna.

La bursitis trocantérea es muy común tanto en los pacientes físicamente activos como en personas sedentarias.

El motivo principal que hace acudir a consulta al paciente, como decíamos anteriormente, es el dolor, que viene acompañado de cojera y aumenta al subir escaleras. Se acompaña de trastornos del sueño puesto que el dolor aumenta cuando el paciente está acostado sobre el lado afectado.

Como ya hemos dicho, un excesivo rozamiento de la región de la cadera (como ocurre en los corredores de maratón, con trayectos largos sobre superficies inclinadas) y en las caídas de lado en artes marciales, serían los principales motivos de la aparición de la bursitis trocantérea en la persona.

Tratamiento de la bursitis trocantérea

La recuperación de la bursitis suele ser rápida pero influyen, como comentábamos, factores biomecánicos, factores de constitución esquelética, factores musculares, etc. que pueden retrasar la recuperación.

Desde la osteopatía analizamos inicialmente las alteraciones en la biomecánica de la extremidad inferior, cadera, rodilla y pie. Valoramos principalmente las  alteraciones estructurales del sacro y de los iliacos, ya que las estructuras anatómicas adyacentes a la cadera pueden dar lugar a la inflamación de la bursa en una proporción bastante importante, como ocurre en la artritis reumatoide, la espondilosis lumbar o las asimetrías causadas por parálisis nerviosas.

En la exploración, lo más significativo es el dolor a la presión digital en el borde posterior del trocánter mayor, en la zona de inserción del glúteo medio. La palpación también puede reproducir el dolor que se irradia por la parte lateral del muslo hasta la rodilla.

Los tres pasos fundamentales de la Osteopatía para saber que alteraciones estructurales o restricciones de movilidad puede sufrir nuestro paciente y así poder ayudarle con un tratamiento osteopático para su bursitis:

  • Pruebas osteopáticas para detectar las alteraciones estructurales en la articulación coxofemoral principalmente. Sobre todo en el sacro y los iliacos, y además en este orden porque el sacro es el pilar donde apoya toda la columna vertebral. También exploraremos las posibles alteraciones estructurales en la rodilla, ya que el músculo tensor de la fascia lata es uno de los principales causantes de este problema y su inserción está en dicha articulación.
  • Exploraciones para saber si existen grupos musculares que están rígidos y no tienen la elasticidad. La musculatura de la cadera y haciendo especial hincapié en la elasticidad que pueda tener el tensor de la fascia lata, la musculatura de la cara anterior del muslo, los isquiotibiales, la musculatura separadora y aproximadora de la pierna.
  • Ciertos test específicos para la articulación de la cadera  para saber cuál es la mejor manipulación posible para su corrección. En fracturas o procesos infecciosos no podemos ayudar a la persona hasta que se recupere de estas.

Trabajo muscular

En estadíos muy leves de la lesión realizamos masajes de relajación y elongación de la zona acompañados de estiramientos pasivos y activos por parte del paciente. Este trabajo más un reposo relativo consigue que disminuyan  o cesen los síntomas de la bursitis trocantérea.

Con estas técnicas de masaje trataremos de relajar la musculatura de la extremidad inferior y zona lumbar que conllevan tensión a las inserciones del trocánter. Daremos prioridad a pasos superficiales de drenaje en las primeras sesiones en sentido ascendente para bajar inflamación y dolor.

En posteriores sesiones los pasos serán más profundos para poder rebajar la rigidez más localizada en glúteos y piramidal.

Dieta

La deficiencia de calcio, de magnesio y especialmente de vitamina B12 puede contribuir a desarrollar el proceso inflamatorio. Come alimentos ricos en calcio, por ejemplo almendras y algún tipo de yogur; en magnesio, como los vegetales verdes, las frutas secas, las semillas y los granos enteros; y en vitamina B12, tales como el hígado, la carne de vaca, de pollo, de cerdo y de pescado y los huevos. Tu médico puede también recomendarte algún tipo de suplemento.

Descanso

En los individuos sanos, la bursitis es causada por movimientos repetitivos tales como correr. Las personas que sufren esta condición deben evitar la actividad que ha causado la inflamación hasta que el dolor desaparezca.

Hielo

Aplica hielo en la zona de la cadera. Por lo general el hielo se aplica en intervalos de 10 a 15 minutos, unas 3 veces a lo largo del día. Un masaje con hielo también podría ser útil.

Además de todo lo mencionado anteriormente, es muy importante realizar estiramientos de la cintilla iliotibial y el tensor de la fascia lata. En la clínica de fisioterapia también se puede colocar un vendaje neuromuscular para aliviar la tensión de estas estructuras.

Si tienes una lesión de este tipo, no dudes en pedir cita con nosotros. En la Clinica Silvia Molins tratamos frecuentemente estas lesiones.

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