Episiotomía y desgarro. Que son y como tratarlas
¿Qué es una episiotomía?
Llamamos episiotomía a la incisión (corte) quirúrgica (con tijeras o bisturí, y posterior sutura), que se realiza en el periné femenino (entre la vagina y el ano) para ampliar la abertura vaginal con el objetivo de “facilitar” la salida del bebé acelerando la segunda etapa del parto (expulsivo).
Este corte en el periné, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un parto respetado, no debe realizarse de forma rutinaria ya que, pese a ser el argumento que propició su práctica, no está demostrada su eficacia en la prevención de desgarros, considerándose aceptable una tasa de episiotomías de entre el 10 y el 20%.
La episiotomía :
- Constituye una de las causas más frecuentes de hemorragia e infección posparto.
- Incrementa las probabilidades de sufrir un desgarro anal importante.
- Debilita los músculos perineales, favoreciendo posteriores trastornos como incontinencias y prolapsos.
Tipos de episiotomías
Aunque en la literatura se describen hasta siete tipos de episiotomías, en la práctica se llevan a cabo principalmente dos: la medial y la mediolateral.
- La episiotomía medial es la que se realiza en la línea media del periné. Se trata de una incisión vertical que parte de la horquilla vulvar posterior y se dirige hacia el ano, pero sin llegar a él, su extensión debe ser aproximadamente la mitad de la longitud del periné. Es la más realizada en EEUU y Canadá.
- La episiotomía mediolateral empieza a 1 o 2 cm desde la línea media y se extiende unos 4 cm lateralmente y hacia abajo, con una trayectoria diagonal, en un ángulo al menos de 45° respecto a la línea media vertical, alejándose del recto. Es la más frecuente en Europa, en Reino Unido y otras partes del mundo.
¿Cuándo realizar una episiotomía?
Serán la matrona o el ginecólogo quienes decidirán realizar o no esta incisión quirúrgica, valorando la capacidad de distensión de los tejidos perineales de la madre, en el momento en que comience a coronar la cabeza del bebé y esta presione sobre el borde vaginal. En líneas generales, los siguientes factores podrían conducir a la mujer a recibir una episiotomía:
- Pérdida del bienestar fetal: cuando existe riesgo de anoxia (falta de oxígeno) para el feto y/o si se produce una desaceleración del latido cardíaco fetal.
- Si el bebé viene de nalgas o de pie.
- Distocia de hombros (una vez que sale la cabeza del feto se detiene la progresión del parto).
- Probabilidad de desgarro espontáneo importante.
- Peso fetal elevado (por encima de 4 kilos).
- Parto instrumental: utilización de ventosa, fórceps, espátulas… Sin embargo, estos casos no pueden considerarse siempre susceptibles de aplicación de la episiotomía, de modo que será el profesional sanitario que acompañe a la mujer en el parto quien decida, informando previamente a la futura madre, la idoneidad o no de la realización de esta intervención obstétrica.
EL DESGARRO:
Son la laceraciones de la piel, mucosa y/o músculo del periné producidos por el paso del bebe por en canal del parto. Hablamos cuatro tipos de desgarros perineales:
- De primer grado se limita a la horquilla vulvar, la piel perineal y la mucosa vaginal, sin llegar al plano muscular.
- De segundo grado lesiona la vagina y el periné extendiéndose a la fascia y a los músculos del periné sin afectar al esfínter anal.
- De tercer grado involucra a los músculos del núcleo fibroso central y al esfínter anal en su totalidad estando la mucosa anal intacta.
- De cuarto grado, que implica ruptura completa del esfínter anal (externo e interno) y el epitelio del ano a través de la mucosa, exponiendo a la luz el recto.
Factores de riesgo:
- Parto instrumentando: el fórceps se ha asociado con un riesgo de 10 veces mayor de lesión perineal. Relacionandose con la aparición de desgarros de tercer y cuarto grado. La aplicación de ventosas sin embargo ha mostrado menor índice.
- Uso sistémico de la episiotomía o episiotomías previas sobretodo la realizada de forma central.
- El bebe es demasiado grande (> 4 kilos)
- Si en anteriores partos ha sufrido desgarros de tercer y cuarto grado.
- Parto muy rápido.
Consecuencias de la episiotomía y desgarro
La episiotomía y el desgarro puede tener consecuencias de por vida en la mujer, tanto a nivel físico como psicológico. Es por ello, que debe acudir a un fisioterapeuta especializado para que valore y trate las posibles consecuencias.
En cuanto a las consecuencias físicas, a corto plazo,presenta:
- Riesgo de sangrados
- Edema (acumulación de líquido)
- Hematoma (acumulación de sangre)
- Infecciones
- Cicatrización dolorosa y/o molesta. A medio e, incluso, a largo plazo, la sensación de dolor en la cicatriz y en la zona circundante puede mantenerse, poniéndose de manifiesto especialmente durante las relaciones sexuales (Dispareunia)
- Incontinencia urinaria o fecal/gases.
- Fibrosis de la cicatriz
- Debilidad del Suelo Pélvico.
Cómo evitar una episiotomía y prevenir desgarros
Si queremos que el periné se encuentre lo más flexible posible el día del parto, y con ello evitar que nos practiquen una episiotomía o suframos un desgarro, hemos de trabajar varios aspectos de nuestro suelo pélvico durante la gestación y velar por que se respeten ciertos elementos el día del parto. ( Ver PREPARACIÓN AL PARTO, no solo es importante el trabajo con la matrona sino también a un fisioterapeuta especializado, ya que el trabajo que realizamos es diferente)
Objetivos:
- Un buen tono muscular y autoconciencia del Suelo Pélvico.
- Realización del masaje perineal
- Elastificación del periné a partir de la semana 36 mediante el uso de dispositivos como el EPI·NO.
- Se recomienda libertad de movimiento el día del parto. Uno de los factores que más influye en la realización de episiotomías, la aparición de desgarros y la necesidad de llevar a cabo un parto instrumental es la postura escogida para dar a luz.
En la Clínica Silvia Molins estamos especializados en la esfera ginecológica de la mujer, en la recuperación postparto así como en el tratamiento de las lesiones perineales. No podemos olvidarnos de la esfera emocional, tanto para la madre como para el bebé. Cada parto es único, y dependiendo de las espectativas, de la vivencia, del trato, del motivo… necesitarán un tipo de acompañamiento u otro. Es importante abordar todas las posibles secuelas (estéticas, físicas, funcionales, psicológicas, sexuales…)
La complejidad que presenta el suelo pélvico como unidad funcional: músculos, fascias, ligamentos, nervios, vasos… Un conjunto de estructuras extremadamente delicado que, tras sufrir una episiotomía (que afectará en varios planos, incluido el muscular), va a necesitar una buena recuperación de los tejidos para que estos puedan volver a llevar a cabo sus importantes funciones de manera correcta.
Es aquí, en la recuperación posparto, donde la fisioterapia de suelo pélvico puede ayudar en gran medida a la mujer, desde distintos frentes:
Llevando a cabo una reeducación del suelo pélvico, que casi con total seguridad se habrá visto debilitado por el propio embarazo y con motivo del parto. Con más razón si, además, se llevó a cabo una episiotomía.
- Tonificando la cincha abdominal (fortaleciendo el transverso, con ejercicios abdominales profundos o con hipopresivos, así como enseñando a la paciente a gestionar las presiones abdominales en el día a día).
- Realizando un tratamiento de la cicatriz de la episiotomía, tanto en consulta como indicando a la paciente el modo de realizarlo en casa.
- Tratando los puntos dolorosos de la zona perineal, muy frecuentes a consecuencia de la episiotomía, en el lado opuesto a esta (por compensación de la musculatura contralateral frente a la musculatura debilitada por la incisión).
- Abordando el tratamiento de disfunciones como la dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), la incontinencia urinaria y/o fecal o de gases, o los prolapsos, que hayan podido desencadenarse a raíz del parto y la episiotomía.
- Tratamiento mediante Tecarterapia, aumentando la temperatura celular, y con ello estimula la circulación sanguínea desde el interior hacia el exterior del cuerpo. Este efecto es muy valioso en la regeneración cutánea, ya que permite incrementar la cantidad de oxígeno que llega a la célula, acelerando la consolidación del tejido sano.